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PNUMA «Las emisiones anuales de gases de efecto invernadero están en su punto más alto»

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Las políticas actuales nos encaminan hacia un catastrófico aumento de la temperatura media del planetea de 3,1 grados centígrados a finales de siglo, muy por encima del calentamiento de 1,5 grados pactado en el Acuerdo de París.

Las emisiones anuales de gases de efecto invernadero están en su punto más alto, con un aumento del 1,3% el año pasado. Las emisiones deberían disminuir un 9% cada año hasta 2030 para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados y evitar lo peor del cambio climático, pero las políticas actuales nos encaminan hacia un catastrófico aumento de la temperatura de 3,1 grados centígrados a finales de siglo. «Ha llegado la hora de la verdad», declaró Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

«Necesitamos una movilización mundial a una escala y a un ritmo nunca vistos, empezando ahora mismo, antes de la próxima ronda de compromisos climáticos», de lo contrario, advirtió, el objetivo de mantener la temperatura media de la tierra 1,5 grados centígrados por encima de la era preindustrial para frenar el aumento de las temperaturas fijado en el Acuerdo de París sobre el cambio climático «pronto estará muerto, y muy el aumento de 2 grados centígrados ocupará su lugar en la unidad de cuidados intensivos».

Presentado en la conferencia mundial sobre biodiversidad COP16 en Cali , el informe rastrea la brecha entre las emisiones globales que se proyectan y las que deberían producirse para limitar el calentamiento a los 1,5 grados, ese objetivo desaparecerá en pocos años a menos que las naciones se comprometen colectivamente a reducir el 42% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero para 2030 y el 57% para 2035 en sus planes nacionales.

Esos planes esbozan medidas para reducir las emisiones y adaptarse a los impactos climáticos, desde sequías, inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos, asegurando los fondos necesarios y actualizando los objetivos cada cinco años. La próxima ronda para adquirir nuevos compromisos nacionales será a principios de 2025, antes de las conversaciones sobre el clima de la COP30 en Brasil.

Si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, el mundo podría enfrentarse a un inevitable y catastrófico aumento de la temperatura de 3,1 grados, según el informe, que llega en un momento en que los gobiernos no están cumpliendo plenamente sus promesas.

El Secretario General de la ONU, António Guterres, afirmó que existe una relación directa entre el aumento de las emisiones y los desastres climáticos cada vez más frecuentes e intensos. «Nos estamos tambaleando sobre una cuerda floja planetaria», advirtió en un mensaje de vídeo, dado a conocer tras el informe anual. «O los líderes colman la brecha de emisiones o nos lanzamos de cabeza a un desastre climático, en el que los más pobres y vulnerables serán los que más sufran».

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29), que comenzará en noviembre en Bakú (Azerbaiyán), debería servir de plataforma de lanzamiento para un debate detallado de estos nuevos y ambiciosos planes nacionales, afirmó, señalando que el evento «pone en marcha el reloj para que los países presenten nuevos planes nacionales de acción climática antes del año que viene». Esto significa que deben reducir todas las emisiones de gases de efecto invernadero abarcando toda la economía, impulsando el progreso en todos los sectores, dijo, instando a las economías más grandes, los miembros del G20 responsables de alrededor del 80% de todas las emisiones, a liderar este proceso.

El informe muestra un potencial significativo para reducir las emisiones en hasta 31 gigatoneladas de CO₂ para 2030, lo que se traduce en alrededor del 52% de las emisiones registradas en 2023, y en 41 gigatoneladas para 2035, ayudando a cumplir el objetivo de 1,5 para ambos años. Impulsar el uso de la energía solar fotovoltaica y eólica podría contribuir al 27% de la reducción total en 2030 y al 38% en 2035. Además, la conservación de los bosques podría aportar alrededor del 20% de las reducciones necesarias en ambos años. Otras estrategias eficaces son la mejora de la eficiencia energética, la electrificación de diversos sectores y la transición desde los combustibles fósiles en los edificios, el transporte y la industria.

Sin embargo, el informe afirma que para hacer realidad incluso una fracción de este potencial será necesaria una cooperación internacional sin precedentes y un planteamiento global por parte de los gobiernos, centrado en maximizar los beneficios socioeconómicos y medioambientales minimizando las compensaciones.

Fuente: PNUMA – ONU . COP16

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