Texto y fotos de MH Escalante, para BiciUrba
Francia cumplió su cometido. Se puede hablar ya de unos excelentes Juegos Olímpicos París 2024, pues es esa la conclusión que ronda en el ambiente a pocas horas de su clausura, que promete ser tan diversa y provocadora como su inauguración. Todo le ha salido tan bien a París (ningún hecho violento por lamentar), y el ambiente ha sido tan relajado que hasta algunos miembros en servicio de la policía republicana aceptaron bailar un ratito con unas turistas mexicanas al pie del globo que porta la llama olímpica y que flota sobre el Jardín de Tuileries.
Con el afán secreto quizá de dejar difundir por TikTok la imagen de unas fuerzas del orden no tan rígidas, que están atentas pero no en continua posición de alerta para develar atentados, y que también ejercen una vigilancia sosegada de los turistas que gozan del fervor olímpico.
Los JO París 2024 comenzaron con un original desfile acuático nocturno a lo largo del río Sena, – y también con una gran controversia que con los días se ha ido esfumando como los olores desagradables -, y al día siguiente se abrieron en escenarios como el Grand Palais, la Place de la Concorde, Invalides, Arena-Bercy, Champ-de-Mars, Arc de la Défense, y otros sitios diseminados en la Francia Metropolitana y en la Francia de Ultramar, en los confines del Océano Pacífico con las pruebas de surf en Tahití, la Polinesia francesa.
Los lugares y monumentos más simbólicos fueron requeridos para los JO para 32 deportes diferentes, desde la esgrima hasta la natación, pasando por el tenis, el fútbol, el ciclismo y la escalada. Sólo el atletismo se conservó en el marco tradicional de un estadio que fue para estos juegos el Stade de France.
La equitación se llevó el marco elegante que ofrecen los jardines del Castillo de Versalles a las afueras de París. La natación, con las 4 medallas de oro obtenidas por joven francés Léon Marchand, formado y entrenado en los últimos años de sus 22 de edad en Estados Unidos, logró su cometido con la piscina temporal de dimensiones olímpicas que se instaló en solamente 10 días en el centro internacional de negocios de La Défense, el barrio de los altos edificios de las multinacionales, más allá del Arco del Triunfo, al oeste de París.
Otras en cambio, como el ciclismo que evocó el Tour de France en el corazón del París de los turistas, hicieron honor a su tradición de deportes populares más cercanos al “pueblo”, es decir al pueblo de los sin boletas, los sin acreditación, sin invitaciones especiales, los indiferentes de siempre o los apenas enterados de los JO París 2024.
Es el caso de las ya memorables competencias de Ciclismo en ruta (hombres y mujeres), que llegaron a la colina de Montmartre, pasando por el Moulin rouge, subiendo por la Rue Lepic, acelerando hasta la Place de Tertre y ya en la cima de la colina deslizándose con sigilo al frente de la iglesia del Sacre-Coeur, y desde ahí buscar el Pont du Carrousel del Museo del Louvre que habría de llevarles a la recta final, y ello ante los ojos de miles de curiosos agolpados detrás de barreras en metal instaladas a lo largo de todo el recorrido. Una obra de logística urbana.
Es así como el barrio de Matisse, Van Gogh, Modigliani, Picasso, Toulouse-Lautrec y otros miembros de lo más selecto del arte francés e internacional, se vio de pronto invadido de ciclistas que pasaban por ahí sin hacer caso de otra historia que no fuera la del cronómetro que les indicaba el tiempo para llegar el primero, el segundo o el tercero a la meta final indicada por la Tour Eiffel.
Hoy domingo se conocerá el total de medallas obtenidas por la delegación francesa, otro punto que se suma al éxito de estos juegos, hasta hoy Francia ocupa el tercer puesto en medallas (57), detrás de Estados Unidos (113) y de China (85). Por fortuna Rusia fue excluida de estas competiciones porque de haber participado habría estropeado seriamente esa escala de calificación de país potencia mundial del deporte.
¿Qué pueden haber significado estos juegos para el parisino del común? En primer lugar, una ciudad con menos pasajeros en el metro lo cual es ya agradable, con un sinnúmero de guías voluntarios para cualquier servicio, sobre todo en el centro de la ciudad. En segundo lugar, convivir con una populación más tranquila, relajada y obediente que hace largas filas para ingresar gratuitamente a tribunas como las de Trocadéro, con pantallas gigantes para poder seguir los juegos como si estuviera en ellos. Los 10 millones de boletas para todas las disciplinas comenzaron a venderse en febrero 2023 y se agotaron antes de comenzar el 2024.
Las pruebas sin medalla tenían un costo de 360 euros, las semifinales y finales se acercaron a los 1000 euros. Esas boletas fueron las primeras en venderse, por lo cual una reventa puede estimarse de forma retrospectiva en 2 000 euros o más…
Los JO París 2024 significaron también para el parisino del transporte público, tener que pagar 32 euros por un paquete de 10 tiquetes de metro, bus y tranvía cuando antes de los JO era apenas de un valor de 17,50 euros. A partir del 7 de septiembre se acabará ese incremento del 50 %, pero no se sabe si el precio seguirá siendo ese mismo de antes de los JO París 2024 o si tendrá un incremento dado el éxito de la operación para la RATP, la gestionaría del transporte masivo en París.
En apariencia lo cotidiano parece ser más fácil con los juegos olímpicos, es simple, casi todo se ha digitalizado. Imposible en la Casa de Colombia instalada en el parque de La Villette, junto a las Casas de México y Brasil, poder comprar por ejemplo 6 mini empanadas a 16 euros con una gaseosa a 6 euros sin antes haberse procurado una manilla electrónica que se debe cargar con una tarjeta de crédito antes de ir a reclamar los productos. En vez del billete en euros, la manilla electrónica…
La casa de Colombia entre otras cosas es un remanso de paz por estar ubicada en el lado más fresco del parque, en comparación con las de México y Brasil, que tienen mucho más que mostrar que Colombia pero que se vuelven estresantes con música estridente y pantallas para seguir los juegos olímpicos además de las animaciones. Más que collares o pulseras, allí se trata de enormes fotografías de Teotihuacán, exposición de pinturas, y del espectáculo de la chica con su camiseta “venimos por el oro” en honor a la legendaria ambición de los españoles por esas tierras… o del Cristo Redentor del Corcovado dominando la Casa del Brasil, sumado al fervor de los campeones pues Brasil con 20 medallas, es el país de América Centro y Sur que más ha ganado en estos juegos, mucho más que México (5), Ecuador (5), Colombia (4), Argentina (3)y Chile (2).
Un momento de degustación con Code QR
En cuanto a las terrazas de bares y pizzerías al borde del río Sena, es menester destacar que el dinero en efectivo se ha transformado en elemento “démodé”, por fuera del circuito… El papel moneda ha sido reemplazado por un Code QR pegado sobre la mesa del restaurante, que sirve para consultar la carta, escoger el menú, validar el pedido, pagar con tarjeta de crédito y esperar el servicio (que puede durar 30 minutos), sin necesidad de pasar por un mesero para poderle preguntar “¿qué tiene para hoy?”, ¿“cuál es la especialidad de la casa?”, “¿qué me aconseja como típico del país”, “¿puedo pagar en efectivo…?”
Los Juegos Olímpicos de París 2024 abren una puerta hacia un futuro totalmente digitalizado, que permitirá desplazarnos por el mundo con más facilidad, un mundo más organizado talvez, pero en el cual sólo podrán dominar los que tengan el control de él. Desde la prefectura de policía hasta nuestro banco, son ellos los verdaderos depositarios de nuestros secretos.
Esa es la experiencia que puede capitalizar París con estos juegos olímpicos que, a manera de redundancia, se revelaron reveladores. Vivir es un combate, se trata de sobrevivir, lo dice el célebre escritor francés Michel Houellebecq, quien por cierto se ha declarado alérgico al deporte.
París, agosto de 2024