Quizás ha encontrado videos en YouTube, o reseñas en Facebook, Instagram, Tik-Tok y demás plataformas de personas que decidieron dejar el modelo de vida occidental, para dar rienda suelta a sus sueños y recorrer el mundo. Casi siempre son profesionales que dedican su tiempo al trabajo, a pagar los créditos de la compra de vivienda, auto y demás cosas a las que somos convocados todos los días. No son locos, son bastante cuerdos, formados académicamente, jóvenes, aunque hay jubilados que decidieron dejarlo todo.
Coinciden en que hay que tomar la decisión, no arrepentirse, trazar un plan de viaje, tener una base económica que no va cubrir la totalidad del viaje, un vehículo, tomarse de las manos y arrancar. Eso en cuanto a parejas o familias. También los hay solitarios que van con autos, motocicletas, bicicletas y los más osados caminantes. Todos coinciden en lo mismo: siempre en cada situación compleja hay quien te tienda la mano para auxiliarte. Aquí sí que vale el tener fe que mueve montañas.
La pregunta más constante, más allá del vehículo en cuestión es cómo logran pagar el viaje, que para muchos representa más de veinte años rodando como el caso de la familia Zapp, argentinos que hicieron su familia viajando por todos los continentes. Y la magia estriba en que a todos nos encantan las historias de viajes, de lugares a los que muy probablemente solo los veremos en la pantalla, pero que ellos si se atrevieron a hacer. Esas historias están en las plataformas de internet y ruedan, literalmente, en las redes sociales. Esto monetiza y financian buena parte del presupuesto. Por otra parte venden accesorios de vestuario, escriben libros que se compran en la web, y de vez en cuando reciben algún patrocinio por parte de las marcas de sus vehículos.
Alguien diría, esto es para millonarios. La verdad que no. Nos enseñan entre otras a vivir con poco, con lo necesario. No pretenden tener el último grito en casas rodantes estilo norteamericano, aparatosas, gigantes y con una gran cantidad de inconvenientes, pues no caben en todas partes y en trochas se dificulta su paso, tanto por tamaño como por peso. Eso sin considerar consumos de combustibles y demás necesidades del automotor.
Aquí el tema es lo práctico, sencillo, útil y que no moleste. Los Zapp por ejemplo, viajaron en un Graham-Paige modelo 1928 y fue un total éxito. Juan Diaz de «Planeta Juan», tuvo sus automóviles y una camioneta en Canadá, ahora simplemente renta el auto por el tiempo necesario, y ya ha recorrido muy buena parte del planeta. Otros como Fernanda y Vicente, españoles, va en motos, igual Gustavo Cuervo, mexicano, los sudafricanos Michnus and Elsebie, en fin la lista de estos osados es bastante grande. Las motos tienen sus encantos y oportunidades de transitar por lugares donde una 4×4 tampoco va, porque no cabe, la moto si lo hace.
Pero no todo son maravillas. Igual se enfrentan a problemas de inestabilidad política en los países que visitan, robos, sustos con grupos armados, prohibiciones de muchos tipos, los mismos riesgos que presentan la ruta, conexión a internet, permisos complejos y limitados. Pero también encuentran muchas manos solidarias que les ayudan a salir avante. Y es comentario generalizado de todos, que hay más bondad en el mundo que las miserias que muestran los medios de comunicación.
Ahora bien, todos saben que es necesario tener su cuota de prudencia, de paciencia, tener toda la documentación requerida, tanto para ellos como para sus vehículos y así evitar contingencias complicadas. Los motociclistas no reconocen fronteras, las caravanas por su tamaño y peso, finalmente es una casa, deben considerar muy bien la ruta.
Tareas domésticas como lavar ropa, hacer mercado dejan de ser tan complicadas como lo hacemos en el día a día en nuestra “normalidad”. Siempre hay una solución en el camino, y ciertamente las camionetas van mejor equipadas y además con paneles solares tienen energía eléctrica todo el tiempo. Todos llevan sus computadores equipados con programas multimedia, servicio de internet distinto al que usamos en casa, drones para hacer los materiales que van publicando en la frecuencia que ellos mismos establecen. Saben usar las redes sociales para lograr los miles de seguidores que les ayudan a financiar el día a día.
Servicios de salud, seguros por toda contingencia de sus vehículos y una gran cantidad de APP les acompañan, porque también se ha desarrollado una serie de servicios de carácter global para acompañarlos en sus travesías.
Suena a fantasía, pero es realidad. Lo vienen haciendo desde hace tiempo, siempre encuentran la forma de continuar la conquistas de sus sueños y nos demuestran, que aún teniendo títulos profesionales, es mejor hacer realidad las metas propias y no pasar la vida construyendo los ajenos, endeudados, deseando libertad, pero aprisionados en un sistema que nos dice que seremos felices si logramos mantener un empleo, tener una casa, cambiar de auto cada cuanto tiempo, pagar la colegiatura de los hijos si los hay, o tener unas cuantas mascotas que gastan más que la crianza de un hijo.
Lo que si extrañan en la travesía es a la familia y amigos, aunque en el camino encuentran más familia y amigos que les ayudan a lograr sus sueños. Es cuestión de decidirse, ojalá no muy mayores, organizar bien el proyecto y arrancar.
Al terminar, después veinte años o más de travesía seguirán viviendo de lo mismo que les dio para cubrir los gastos. Sus libros están en todas las ventas digitales o físicas de literatura llenando nuestros espacios de monotonía con sus aventuras y travesías. Quizás usted se anime a hacer su historia en el camino y publicada en las redes sociales.
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