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Un café es mucho más que una deliciosa bebida mundial

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Dicen los que saben, que el café es el néctar de los dioses.

Hace unos días me encontré con una amiga muy querida, argentina por demás. La invite a disfrutar un café colombiano en un delicioso lugar que te lleva al gusto del aroma, del sabor, del diseño que encierra una taza de café negro.

Y es que las cafeterías, como las denominamos en Colombia, el país cafetero por excelencia, se han transformado en lugares cosmopolitas en donde es posible disfrutar de música en vivo rodeado de belleza, diseños que van desde lo minimalista a lo vintage, y con el tiempo, se van distinguiendo por una oferta gastronómica interesante, pero el eje sigue siendo el café.

El lugar en cuestión ofrece una música espectacular, suave, a penas te toca y permite la conversación sin interrupciones. La oferta de café, indescriptible. Del básico del Eje Cafetero a especiales de Cundinamarca, Tolima, Sierra Nevada y del sur del país. Cada grado del tostao nos lleva a placeres del paladar como nunca había disfrutado. Y el aroma, o el bouquet como dirían los especialistas en los vinos, mi acompañante lo es y se intriga aún más, si bien es cierto Buenos Aires, Mendoza o Córdoba tienen lugares reconocidos para un buen café, en este caso el barista del lugar le dio otra dimensión a la bebida que disfrutaba.

Y son ellos, los especialistas en preparar, mezclar, descubrir nuevas alternativas a nuestro café los que logran un sello muy personal a la oferta y al lugar. Se podrían comparar con un chef. Un barista debe dominar una variedad de métodos de preparación, desde el espresso hasta el pour-over, la prensa francesa, el aeropress, entre otros. Sabe operar y mantener equipos como máquinas de espresso, molinos y otros accesorios cruciales para asegurar la calidad constante del café, además es un conocedor sobre los diferentes tipos de granos de café, sus orígenes y cómo estos factores afectan el sabor.

Entender cómo el proceso de tostado afecta el sabor y el color del café y poder explicar estas diferencias a los clientes es una habilidad valiosa. Además son maestros para crear una microespuma perfecta, que es esencial para el espresso. Crear diseños atractivos en la superficie de las bebidas no solo muestra habilidad técnica sino que también es alegría y sorpresa en la experiencia del cliente. Y en nuestro caso, no fue un personaje alejado por un mostrador, estuvo con nosotros y nos sugirió combinaciones basadas en nuestros gustos individuales al igual que nos invitó a explorar la maravilla de sabores y aromas.

Todos bebemos café al día, pero cuántas veces nos ponemos realmente a deleitarnos con esta bebida. Muchas veces lo hacemos mecánicamente, especialmente en el trabajo, de carreras sin siquiera apreciar las diferencias de sabores y hasta texturas porque no es simplemente agua caliente.

Volviendo al lugar, ya no son esas cafeterías de afán, ahora se crean ambientes donde puedes pasar horas y horas, porque para las nuevos profesionales el coworking genera espacios para que la gente pueda trabajar remotamente, convirtiéndose en oficinas improvisadas. Y junto al café, la oferta de acompañantes es infinita. Del simple emparedado de queso, a exquisiteces de bizcochería y panadería. Del más refinado paladar a la persona desprevenida que solo entra, precisamente en esas carreras del día a día, y se lleva en un vaso reciclable su bebida. Ahora estos sitios son otra cosa, más cosmopolitas, más urbanos, más necesarios para tomar una pausa, compartir una conversación o trabajar.

Y ella me pregunta cómo se debe beber un buen café. En mi experiencia de años, lo primero tomarlo tibio, que te permite saborearlo, pasarlo por toda la boca, las papilas gustativas , y antes y después, apreciar su aroma. Eso sí, jamás, jamás agregarle azúcar o endulzantes, eso es un pecado capital, porque esconde el verdadero sabor y aroma del café. Con el tiempo encontrará que no viene solo, trae rasgos del sitio donde lo cultivaron, del tipo de planta, para mi el mejor el clásico arábigo, que ha estado sombreado por cítricos, en lugares montañosos, por ejemplo, en la región de Viotá en Cundinamarca, es un delicia.

Algunos llegar a tener sugerentes sabores de flores, y en general los que han sido cultivados en sombrío con otras plantas que ofrecen sus frutos le dan un toque espectacular. Mi amiga me comentaba que son como los vinos, todo depende de lo que acompañe el viñedo, las barricas de maduración y el tiempo, además que los hay de reserva o de consumo inmediato, estś últimos no dan más y ya de por si estan bien para beber.

Con el café pasa algo parecido. No hay necesidad de»añejar» los granos tostados y molidos, más por el contrario se disfruta de una buena vez. Por ahora seguiremos gozando del lugar, de los aromas cafeteros, de la bizcochería, de la decoración y de la música, que para que se den idea les dejo esta hermosa canción que escuchamos en el lugar. Por ahora los invito a disfrutar de esa maravillosa bebida universal, que en nuestro país es más que una tradición, es nuestro orgullo en sabor y placer al paladar.

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