Hay dolencias en la piel, que nos parecen sencillas de solucionar, pero en la realidad hay que tener mucho cuidado cuando se presentan. Más allá del ardor o molestia que genere, hay algunas que se vuelven un verdadero problema y una de ellas es la urticaria crónica espontánea (UCE), que genera un profundo impacto en la salud mental de quienes la padecen. La ansiedad, depresión y alteraciones del sueño son comunes en pacientes con UCE, llegando a impactar gravemente su calidad de vida.
De hecho, el deterioro emocional en estos pacientes es comparable al de quienes sufren cardiopatía isquémica grave. La falta de visibilidad sobre esta condición genera aislamiento y sufrimiento, especialmente cuando no se le brinda el apoyo médico adecuado.
La doctora Laura Del Mar Vásquez, experta en el manejo de la UCE, resalta la importancia de un tratamiento integral que contemple tanto el aspecto físico como el psicológico. En cifras, estos pacientes frecuentemente padecen alteraciones del sueño (36,7%), trastornos de ansiedad (30,6%) y trastornos del estado de ánimo (29,4%) debido a los síntomas debilitantes de la condición.
Estudios recientes indican que aproximadamente el 34,5% de los pacientes con UCE experimentan adicionalmente un deterioro mental o físico cifra que supera la prevalencia general del 25% en pacientes ambulatorios de dermatología con psoriasis y diferentes tipos de dermatitis.
«La urticaria crónica espontánea no solo causa molestias físicas, sino que también puede llevar a un deterioro emocional significativo. Es fundamental que los pacientes reciban apoyo integral para abordar tanto los síntomas físicos como los psicológicos», afirmó la doctora Laura Del Mar Vásquez, alergóloga y pediatra con experiencia en el manejo de la UCE.
Dentro de los síntomas de la UCE, diagnóstico que afecta entre el 1 % y el 3 % de la población mundial, se encuentran la aparición de ronchas, manchas e hinchazón en la piel, acompañadas de picazón intensa, dolor y una sensación de ardor que pueden presentarse casi a diario durante al menos seis semanas.
Sumado a esto, en el 40% de los casos, también se manifiesta con una hinchazón dolorosa en zonas sensibles como los ojos, mejillas, labios o genitales, conocida como angioedema. Además, la angustia emocional, la ansiedad y la depresión son comunes en pacientes con este diagnóstico y su incapacidad para identificar y comunicar adecuadamente sus emociones, un fenómeno conocido como alexitimia, puede agravar la sensación de aislamiento y sufrimiento.
De hecho, se estima que 7 de cada 10 personas con UCE, tienen que cancelar sus actividades sociales debido a la enfermedad. Es por ello que es necesario estar atento a las alteraciones de la piel, evitar la extrema exposición al sol, al uso indiscriminado de bronceadores y cremas humectantes que generen alergias, rasquiñas o cualquier tipo de molestia.
Hay que recordar que la piel, aunque es extremadamente flexible ante las contingencias de la vida, requiere cuidado permanente, aseo adecuado y al igual que los demás órganos, cuando vaya a su servicio de medicina, reportar variaciones, aparición de verrugas o cualquier otra molestia, que si no se atiende a tiempo, puede generar situaciones muy molestas y mortificantes.
Infortunadamente en la actualidad la salud colombiana no tiene un buen cubrimiento a nivel dermatológico debido a que los medicamentos son de alto costo y según el sistema de salud los pacientes no son de alto riesgo.