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Una apuesta que ahora ocasiona muchos problemas sociales presentes y futuros

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Corea del Sur es conocida mundialmente por su rápido desarrollo económico, avances tecnológicos, y una cultura pop influyente, pero detrás de esta fachada moderna y vibrante, se esconde una realidad social compleja y preocupante.

En un país donde las expectativas de éxito personal son extremadamente altas, la presión por cumplir con estándares académicos, profesionales y estéticos ha creado una sociedad en la que muchos luchan para estar a la altura de estas demandas.

El camino hacia el éxito comienza desde una edad muy temprana. El sistema educativo surcoreano es notoriamente exigente, con estudiantes que pasan largas horas en la escuela y en academias privadas, conocidas como «hagwons», para mejorar sus habilidades y asegurar un lugar en las universidades más prestigiosas. Según un informe de la OCDE, los estudiantes surcoreanos pasan un promedio de 16 horas al día en actividades relacionadas con la educación.

El «Suneung», el examen de ingreso a la universidad, es un evento nacional que prácticamente detiene al país. Este examen, que se realiza una vez al año, es considerado por muchos como el determinante final del futuro de los jóvenes.

Las tasas de ansiedad, depresión y suicidio entre los estudiantes aumentan significativamente durante la preparación para este examen. Los resultados del Suneung no solo definen la admisión universitaria, sino también el prestigio social y las oportunidades laborales futuras, lo que genera una presión insostenible.

La belleza física junto a la moda en el vestuario son obsesión nacional. El país tiene uno de los mercados de cirugía plástica más grandes del mundo, y la búsqueda de la perfección física se ha convertido en un determinante de vida.

Los modelos de belleza están altamente estandarizados, dictan una apariencia casi inalcanzable para muchos: piel clara, rostro simétrico, delgadez extrema y ojos grandes son solo algunas de las características deseadas. Este fenómeno ha llevado a que un gran número de personas, especialmente jóvenes, recurran a la cirugía plástica a una edad temprana para ajustarse a estos estándares.

El impacto psicológico es profundo, porque la obsesión por la apariencia no solo afecta la autoestima, sino que también crea una cultura de exclusión donde aquellos que no cumplen con los estándares de belleza son marginados socialmente. Un estudio de la Universidad de Yonsei reveló que más del 60% de los jóvenes surcoreanos se sienten insatisfechos con su apariencia, y el país tiene una de las tasas más altas de cirugías estéticas per cápita.

Ese propósito de ser el más exitoso en sus profesiones y trabajos ha generado un notable decrecimiento en las tasas de matrimonio y natalidad. La tasa de fecundidad en Corea del Sur es la más baja del mundo, con solo 0.78 nacimientos por mujer en 2023. Se suman además varios factores, entre ellos el costo de vida elevado, la falta de apoyo para el cuidado infantil, la independencia de las mujeres de reglas sociales que las limitan y la creciente preferencia de los jóvenes por la vida soltera.

La presión económica también juega un papel importante. Muchos jóvenes surcoreanos sienten que no pueden permitirse el lujo de casarse y tener hijos, ya que los costos asociados con la crianza de un niño y el mantenimiento de una familia son prohibitivos. Además, las largas horas de trabajo y las expectativas profesionales hacen que sea difícil para las parejas equilibrar el trabajo y la vida familiar, lo que contribuye al decrecimiento en las tasas de matrimonio.

La soltería se está convirtiendo en una opción cada vez más popular entre los jóvenes, quienes prefieren enfocarse en sus carreras o disfrutar de una vida independiente sin las responsabilidades de una familia. Sin embargo, esta tendencia también tiene un lado oscuro, ya que muchos solteros experimentan sentimientos de soledad y alienación, exacerbados por la presión social para cumplir con los ideales tradicionales de éxito y felicidad.

El impacto de esta visión del éxito es evidente en la alta tasa de problemas de salud mental en el país. La constante competencia para ser el mejor, ya sea en el ámbito académico, profesional o personal, deja a muchos sintiéndose insuficientes y agotados. La falta de un equilibrio saludable entre trabajo y vida personal también contribuye a la insatisfacción generalizada.

Así el país tiene una de las tasas de suicidio más altas del mundo, con 24.1 suicidios por cada 100,000 habitantes en 2023. Los jóvenes y los ancianos son los grupos más afectados, aunque el problema se extiende a todas las edades.

Los ancianos, en particular, a menudo se sienten abandonados y sin recursos, mientras que los jóvenes luchan con la presión de cumplir con estándares imposibles en un entorno altamente competitivo. La estigmatización de los problemas de salud mental también impide que muchas personas busquen la ayuda que necesitan.

Un sondeo del Ministerio de Salud y Bienestar de Corea del Sur realizado entre 15.000 personas de entre 19 y 34 años en 2023 encontró que más del 5% de los encuestados estaban en aislamiento.
Si esto fuera representativo de la población general de Corea del Sur, significa que alrededor de 540.000 personas se encuentran en la misma situación. Foto de Toshifumi Taniuchi.

En respuesta a estas presiones y realidades, un número creciente de surcoreanos está optando por la soltería y el aislamiento social. El fenómeno de los «hikikomori», personas que se retiran de la sociedad para vivir en aislamiento, está en aumento ya que se sienten incapaces de cumplir con las expectativas sociales y eligen vivir como «fantasmas» para evitar la vergüenza y la presión.

Conscientes de la magnitud de los problemas sociales que enfrentan, las autoridades surcoreanas han implementado varias políticas para intentar mitigar estos desafíos. Sin embargo, los resultados han sido mixtos.

En el ámbito educativo, el gobierno ha tratado de reducir la carga académica de los estudiantes. Han introducido reformas para limitar las horas de estudio en las academias privadas y han implementado programas de apoyo psicológico en las escuelas para ayudar a los estudiantes a manejar el estrés. Sin embargo, la presión por el «Suneung» sigue siendo intensa, y muchos padres y estudiantes continúan viendo el éxito en este examen como el único camino hacia un futuro próspero.

Respecto a los estándares de belleza, el gobierno ha lanzado campañas de concienciación para promover la diversidad y reducir la presión por la perfección física. Sin embargo, estos esfuerzos han tenido un impacto limitado en una sociedad profundamente arraigada en ideales estéticos rígidos. La cultura de la cirugía plástica y la obsesión por la apariencia siguen siendo prevalentes, y se necesitará un cambio cultural más amplio para que estas campañas sean realmente efectivas.

En cuanto a la baja tasa de natalidad y el decrecimiento de matrimonios, el gobierno surcoreano ha introducido varias medidas para fomentar la formación de familias. Estas incluyen incentivos fiscales para las parejas casadas, subsidios para el cuidado infantil y programas de vivienda para jóvenes. A pesar de estos esfuerzos, muchos jóvenes continúan retrasando o evitando el matrimonio y la maternidad, citando preocupaciones económicas y laborales.

Para abordar el aumento en las tasas de suicidio y los problemas de salud mental, Corea del Sur ha ampliado los servicios de salud mental y ha lanzado campañas para reducir el estigma asociado con buscar ayuda. También han establecido líneas de ayuda y servicios de intervención en crisis. Aunque estas medidas han proporcionado un mayor apoyo, el problema persiste debido a la profunda presión social y la falta de un enfoque integral que aborde las causas subyacentes del estrés y la desesperación.

Ante el fenómeno del aislamiento social y la soltería, el gobierno ha implementado programas comunitarios destinados a reintegrar a los «hikikomori» y a otros individuos aislados. También se han creado iniciativas para fomentar la interacción social y proporcionar apoyo a aquellos que se sienten marginados. Sin embargo, el éxito de estas iniciativas ha sido limitado, y muchos de los afectados continúan optando por el aislamiento.

Este modelo de sociedad la estamos viendo en series de televisión, en artistas que cumplen los parámetros de belleza y en general en las redes sociales, algunas promoviendo, y muchas acusando esta forma de vivir que es inhumana, porque la búsqueda de la perfección a toda costa y nivel es un sueño humano, pero no es la realidad de las personas, que tienen talentos distintos e historias de vida que ayudan o no a superar las propias expectativas de vida.

Hoy nuestra sociedad se mueve en el mundo de los que no quieren hacer absolutamente nada, los avivatos y explotadores de siempre y aquellos que buscan la perfección en un modelo establecido por temas políticos, culturales, económicos alejados de lo que representa la dignidad, humanidad, solidaridad y virtudes humanas que hacen la diferencia entre el tener y el ser.

2 COMENTARIOS

  1. Muy interesante y preocupante la radiografía de la sociedad actual la cual no presenta un punto de equilibrio que permita la educación integral, que tenga en cuenta todas las dimensiones del ser humano. De seguir así se caerá en un gran abismo de angustia existencial.

    • La historia humana sigue siendo la misma, solo cambian las tecnologías, pero las ambiciones, las miradas de mundo nos llevan a vivir de forma deshumanizante y miserable, aún rodeados de montañas de cosas, que dicen que tanta ricos o pobres somos.

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