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Somos una familia planetaria, pero !hay que ver que familia!

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Por mas que la humanidad quiera, nunca podrá adueñarse del tiempo

Hace uno días un joven amigo me preguntó si era posible representar el mundo y los poderes que encierra. Le contesté que todo es posible y que además las palabras nos permiten recrear cualquier pensamiento o idea. A continuación me animó a que le contara esa historia, y todo esto a raíz del nuevo presidente en USA.

El asunto es que nuestra sociedad mundial se parece un tanto a una gran familia en donde hay de todo, los abuelos sabios, los padres diligentes, los jóvenes luchadores que van conquistando sus sueños, la prima loca y coqueta, el primo ídem, los tíos boyantes y los arruinados y alguno que otro de la noche a mañana se vuelve rico y con el tiempo vuelve a su estado de precariedad después de haber gozado de los placeres del mundo.

También los hay oportunistas, los que no dejan hacer nada porque cualquier venta familiar le toca su parte, que en compañía del avivato no dejan herencia quieta y de la cual aspiran a sacar el mayor partido. A estos tipos se suma el avasallador, que va esquilmando a todos y se siente el señor todo poderoso, representante de la familia y protagonista de los grandes éxitos de los apellidos.

Nunca falta el jugador y timador que va engatusando al que se le pase por delante y a los que primero esquilma es a sus mas cercanos, comenzando por sus padres. Hay otro grupo que son los sacrificados de siempre. No tienen mucho y su espíritu anda apagado, solo entienden de trabajar, trabajar y trabajar y sobrevivir cada día. Su día a día es quejarse un poco, aceptar su condición como una fatalidad de la cual no pueden salir jamas. Y se pasan toda su existencia sobrellevando el peso de la vida, arrastrando la vida.

Algunos familiares tratan de ayudar, pero con el tiempo se dan cuenta que no hay nada por hacer. Se van dando cuenta sus familiares que estas pobres almas irredentas están sobre un gran tesoro que nunca supieron reconocer y ponerlo a su favor.

Es aquí donde los esquilmadores encuentran riqueza y a los pobres primos lejanos, son aplastados sin misericordia, en algunos casos los vuelven sus esclavos, todo desde una idea de rehabilitación y de justicia, los ricos merecen serlo más y los pobres a su suerte.

En esta familia global muchas veces algunos primos han encontrado su fortuna, la han hecho brillar pero nunca supieron invertir en otras opciones para no limitar su suerte a ese solo factor, que entre otras todos sabían que se acabara o cambiaran las condiciones. Cuando llega esa crisis los lamentos van y vienen, las discusiones y peleas por el infortunio que van en creciendo. No hacen sino recordar las buenas épocas, echarse en cara la situación presente y ahí van acabando con todo. De vez en cuando pareciera que han encontrado el camino, pero el remedio es peor que la enfermedad.

En contra posición están los que si saben para que es el poder, el dinero, el apellido familiar, las haciendas y fortunas que andan por ahí. No le tienen temor a nada, finalmente sus predecesores más remotos hicieron lo mismo, quitarle al que no tiene y al que tiene y amasar una fortuna y una forma de hacer las cosas donde no hay limites.

Todos sus familiares los distinguen, quisieran vivir como ellos, tienen de todo, no faltan casa y mansiones. Viajes de lujo, autos, empresas de todo orden y cuentas bancarias envidiables. Ahora bien, cuando hay la oportunidad de adentrarse entre ellos, se da uno cuenta que son vanidosos, soberbios, avaros, que si le das la oportunidad te sacan hasta el aire y sin ninguna consideración.

Es más se sienten elegidos, designados por los dioses, la vida y por ellos mismos como luz y faro de toda la familia, y qué seria de los apellidos y las fortunas familiares de no estar allí para hacerlas más grandes. Al revisar su historia sus antecesores fueron villanos, homicidas y gente complicada, pero construyeron imperios a costa de mucho dolor, y en su interior esa marca permanece, solo basta la oportunidad o la ocasión para ponerla en practica. Eso si, han aprendido a justificar lo injustificable y quedar maravillosamente bien ante los ojos de los demás. Finalmente son los duros, los fuertes, los que saben cómo es la cosa para ser más poderosos.

Y así va por el tiempo esta familia, algunas veces un poco mejor, pero casi siempre con enemistades, alianzas y acuerdos para hacerse pasito o para hacerle la vida imposible al primo que no les es favorable.

Los viejos sabios, que en realidad son muy pocos, ya han pasado por todas, fueron conquistados y conquistadores, pasaron de los campos a las ciudades, del arado a la industria, y de tecnologías manuales a la automatización digital. Ellos, los viejos sabios, saben a ciencia cierta que nada es para siempre y que por más que se pelen los familiares, unos y otros se requieren para poder seguir viviendo y que por más que no lo quieran, el tiempo y la naturaleza son implacables y que a todo indistintamente nos llega el momento de revisar lo que hemos hecho , para muchos será demasiado tarde.

Se darán cuenta que solo le dieron paso a sus pasiones, a la avaricia, que sacrificaron a mucha gente a su paso, que arruinaron la naturaleza y que ahora, en su lecho de moribundo se da cuenta que tanto alboroto no sirvió de nada. Su tiempo en esta dimensión ha caducado.

Estos personajes no se resignan a morir y hablan de su legado a la familia, lo cierto es que serón incinerados, ya no se entierran cadáveres, y que como cualquier otro mortal sus cenizas están en un contenedor que demuestra que somos polvo, de elementos químicos que llegaron del espacio sideral. Que sigue después, la lucha por el testamento y vuelve y juega la rueda de la vida.

Sus historias y las nuestras están enmarcadas en la opción de hacer el bien sin mirar a quien, o explotar al máximo al otro, muchas veces mirándolo a los ojos y de forma sádica ver el dolor que causamos. Para el momento de nuestra partida ya todo esta jugado, y si revisamos los credos del mundo, siempre hay un premio o un castigo eterno que hace referencia a nuestras decisiones y lo que generaron.

En continuidad de la vida quedan las cosas, son parte de esta realidad que con el tiempo también cambiara. Muchísimas historias de la familia ya no son recordadas, otras son olvidadas por vergonzosas, y otras son publicitadas muy generosamente como maravillosas. Al despulgarlas nos damos cuenta que no fueron tan maravillosas y más bien fueron bastante oscuras.

La familia siempre espera que las nuevas generaciones corrijan los errores del pasado, la verdad, es que con el ejemplo que van recibiendo no promete nada bueno. Esperar entonces que surge de sus propias metas, sueños, pero ya han pasado muchas historias y la cosa no pinta mejor, es la familia finalmente, humanos, criaturas que viven en dos alternativas básicas y de ellas una variedad infinita de opciones.

Creo que le cumplí a mi interlocutor sobre este símil, espero que ustedes lo encuentren…

1 COMENTARIO

  1. El ser humano lamentablemente no aprende, y olvida que la felicidad se logra respetando y apoyando al prójimo. Es el momento de marcar la diferencia no podemos seguir siendo islas, que nuestro principio de vida sea el amor y el respeto con el ser humano y con la naturaleza.

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