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Más que una serie, es el testimonio de proteger la vida en el Iberá- Argentina

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La reintroducción del yaguareté en los Esteros del Iberá es una de las historias destacadas en la nueva superproducción de Netflix, Our Living World (Nuestro Mundo Lleno De Vida), que devela la red secreta de conexiones e interacciones en diferentes ecosistemas de todo el planeta. Narrada por Cate Blanchett, se estrena mundialmente el 17 de abril a las 16 horas.

El regreso del yaguareté llamó la atención del equipo de producción que permaneció un mes en los esteros de Iberá para filmar el trabajo de reintroducción de la especie y contar cómo, mediante diferentes mecanismos e interacciones, el depredador tope cumple una función clave en el ecosistema.

Además de la belleza de los paisajes de Iberá y la importancia ecológica del yaguareté que se ubica al tope de la cadena alimenticia, es una historia única porque nunca se había reintroducido al yaguareté a un lugar del que fue extinto en ningún lugar del mundo. Tras 70 años de extinción en la Provincia de Corrientes, el yaguareté volvió a caminar libre por los suelos de Iberá.

Realizada por el equipo ganador del premio Emmy detrás de la serie “Nuestros Grandes Parques Nacionales”, esta nueva producción revela los fenómenos que sostienen la magia de la vida sobre la Tierra. Narrada por la ganadora del Premio de la Academia Cate Blanchett, esta serie documental muestra las extraordinarias criaturas y ecosistemas, grandes y pequeños, que trabajan juntos para ayudar a restaurar y sostener “Nuestro Mundo Lleno De Vida”.

Diez años de trabajo conjunto entre la fundación Rewilding Argentina, el Gobierno de Corrientes y la Administración de Parques Nacionales fueron necesarios, incluyendo la búsqueda de ejemplares para formar una nueva población de yaguaretés, la construcción de corrales especiales en la isla San Alonso, la participación de expertos y científicos para diseñar y seguir este proyecto y la de los correntinos que anhelaban volver a ver al gran felino a su provincia, hasta que se liberó el primer ejemplar en el 2021. Tres años después, esa hazaña de conservación sigue avanzando exitosamente y ya cuenta al menos con 21 yaguaretés libres, incluyendo varios concebidos y nacidos en total libertad, habitando el humedal.

El último capítulo de la serie destaca los esfuerzos de restauración que se están llevando adelante en distintas regiones del mundo para recuperar estas interacciones. Las estrellas de un segmento del capítulo son Juruna y sus cachorras Sãso y Sagua’a que recorren el Iberá cazando carpinchos, modificando la abundancia de esta especie y su comportamiento. Las tres yaguaretés siguen habitando Iberá. Juruna ha parido dos camadas más y Sãso y Sagua’a también han sido madres.

Argentina se destaca en el mundo como vanguardia en la conservación y lugares como Iberá, llenos de naturaleza, le dan su lugar entre los más maravillosos del Planeta.

La tecnología solar puede enfrentar el apagón de hidroeléctricas y térmicas

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Una opción tanto para la ciudad como en la ruralidad, lamparas de alimentación solar.

Cuando esta historia de cristales, paneles, electrodos y demás accesorios llegó a nuestra realidad cotidiana, han pasado muchas otras de gente curiosa que descubrieron como aprovechar la luz solar para generar energía eléctrica.

La historia comienza en el siglo 19, en el año de 1839, cuando el físico francés Edmond Becquerel, que para aquel entonces estaba en sus juveniles 19 años, creó un prototipo de célula solar en el laboratorio de su padre. Este primitivo dispositivo, provisto de electrodos de platino recubiertos de cloruro de plata, era capaz de generar voltaje y corriente eléctrica cuando se exponía a la luz del Sol, el precedente del primer panel solar de la historia.

Con el tiempo se suman a esta carrera de desarrollo tecnológico los ingleses William Grylls Adams y Richard Evans Day, que se basaron sobre un descubrimiento del ingeniero Willoughby Smith, y que concluyeron que “la corriente solo podía producirse en el selenio por la acción de la luz” y bautizaron esta corriente como “fotoeléctrica”.

Diez años más tarde, en 1883, el inventor neoyorquino Charles Fritts creó el primer panel solar de la historia, y su trabajo lo envió Fritts envió al ingeniero alemán Werner von Siemens y lo presentó en la Real Academia de Prusia. La comunidad científica acogió con frialdad estos avances de manera que el descubrimiento quedó archivado.

En la primera década del siglo XX, Albert Einstein demostró que la luz contiene pequeños paquetes de energía, el electrón, asentó el marco científico en torno a la fotoelectricidad, así, renació el sueño de Fritts de proveer de energía limpia e inagotable a las industrias de todo el mundo.

En la década de 1950, los científicos de los Bell Labs, Gerald Pearson, Calvin Fuller y Daryl Chapin, desarrollaron el primer panel solar fotovoltaico moderno. Utilizaron silicio como material semiconductor para crear una célula solar más eficiente. Esta célula solar alcanzó una eficiencia de conversión del 6% y se convirtió en un hito importante en la historia de los paneles solares.

Durante la carrera espacial de las décadas de 1960 y 1970, los paneles solares se utilizaron en los primeros satélites, como el Vanguard 1 y el Telstar, fueron impulsados por la energía solar.

Aún así la energía fotovoltaica era un tema tecnológico que no salía de las comunidad científica y experimental, pero la crisis petrolera de la década comprendida de 1970 a 1980 provocó un aumento significativo en la conciencia sobre la necesidad de fuentes de energía alternativas renovables y se aplicaron a diversos productos comerciales e industriales.

Al pasar del siglo XX al XXI la carrera era producir mejores paneles que tuvieran un alto rendimiento en la producción de energía, nuevos minerales en su construcción, bajar los costos y hacerlo accesibles al común de las personas. En esa carrera China le ha sacado un buen trecho tanto a la industria europea como norteamericana.

Células solares de silicio policristalino y monocristalino, que mejoraron la conversión de la luz solar en electricidad, nuevos diseños al igual que materiales han permitido hacerlos más livianos, flexibles y que no solo se usan sobre techos y cubiertas de edificios, también en fachadas como diseño de acabados. Sus aplicaciones son multivariadas, desde un simple reloj de pulso, a telescopios espaciales.

Esta participación en el mercado ha logrado la reducción significativa en los costos de los paneles solares, lo que los hace más accesibles para los consumidores y las empresas además de politicas de estado que los promueven para el consumo masivo considerando la crisis climática y sus consecuencias a nivel de producción de energía.

En el caso de Colombia, no es necesario sacar permisos para la instalación de paneles solares. Lo que sí debes definir es si el sistema de paneles va a ir conectado a la red eléctrica, va a ser un sistema aislado o una combinación de ambos (híbrido), de tal manera que se considera al usuarios que produce energía eléctrica, principalmente para atender sus propias necesidades, sin utilizar activos de uso de distribución y/o transmisión ya instalados y aquel por temas de almacenamiento prefiere conectarse a la red ya instalada de manera tal que recibe beneficios por esta contribución al sistema.

Hoy, que es posible un apagón, se vuelve a retomar el tema energético, además de la necesidad de dar un salto adelante de la forma como la producimos y donde lo fotovoltaico es una de las mejores opciones. En el caso de las ciudades, los conjuntos cerrados o condominios habitacionales tiene la ocasión de instalar en techos y cubiertas amplias superficies de paneles que pueden satisfacer las necesidades diarias de alumbrado en las zonas comunes y hasta colocar cargadores para vehículos livianos como patinetes o bicicletas eléctricas prestando un servicio y economía a los usuarios.

En el caso de las residencia, hoy existen lámpara portátiles de diverso diseño que no requieren la compra y montaje de grupos de baterías, son luces livianas que se pueden cargar colocando los paneles de no mas de 20 centímetros en las ventanas y así en la noche tiene iluminación en las habitaciones en general.

Para sistemas más complejos como televisores, refrigeradoras, lavadoras, hornos microondas y otros electrodomésticos, por ahora hay que estar unido a la red del servicio, pero si es posible adquirir un sistema completo de paneles, baterías, bombillos lead perfectamente puede bajar los consumos a mínimos con el servicio contratado o venderle sus excedentes de energía eléctrica.

Cada paso que se da en este camino necesariamente desequilibra el sistema que durante tanto años se ha establecido, pero las normas legales lo permiten. Las necesidades reales de desabastecimiento energético por la crisis climática es real y la necesidad de aportar a la recuperación del planeta que entre otras ha sido afectado tanto por la construcción de hidroeléctricas con sus represas, desvío de ríos y los consecuentes daños ambientales, como la quema de hidrocarburos y carbón, además del aumento tarifario permanente hace necesario considerar la transición energética desde nuestros hogares..

Energía solar disponible con equipos más económicos, flexibles, durables hacen posible considerarlos como parte de las propuestas arquitectónicas de hoy, tanto en edificios, como viviendas individuales, una respuesta con mucho voltaje.

Ojo con el desperdicio de alimentos, situación insostenible en el mundo

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Gran cantidad de alimentos se pierde en distintas fases de la cosecha hasta el punto de venta y consumo, la brecha más grande surge en las variaciones entre las poblaciones urbanas y rurales.

«El desperdicio de alimentos es una tragedia mundial. Millones de personas pasarán hambre hoy mientras se desperdician alimentos en todo el mundo», dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, explicando que este problema continuo no sólo afecta a la economía mundial, sino que también agrava el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.

La mayor parte del desperdicio alimentario mundial procede de los hogares, con un total de 631 millones de toneladas, o hasta el 60%, del total de alimentos despilfarrados. Los sectores de servicios alimentarios y venta al por menor fueron responsables de 290 y 131 millones de toneladas respectivamente.

De media, cada persona desperdicia 79 kilogramos de alimentos al año. Esto equivale a 1,3 comidas diarias para todas las personas hambrientas del mundo, subrayan los autores del informe.

El problema no se limita a las naciones ricas, los países de ingresos altos, medianos altos y medianos bajos difieren en los niveles promedio de desperdicio de alimentos en los hogares en sólo siete kilogramos per cápita por año. La brecha más grande surge en las variaciones entre las poblaciones urbanas y rurales.

En los países de ingresos medios, por ejemplo, las zonas rurales generalmente desperdician menos. Una posible explicación está en el reciclaje de restos de comida para mascotas, piensos y compostaje doméstico en el campo.

Según el informe, existe una correlación directa entre las temperaturas medias y los niveles de desperdicio de alimentos. Los países más cálidos parecen tener más desperdicio de alimentos per cápita en los hogares, posiblemente debido al mayor consumo de alimentos frescos que contienen menos partes comestibles y a la falta de soluciones sólidas de refrigeración y conservación.

Las temperaturas estacionales más altas, los episodios de calor extremo y las sequías hacen que sea más difícil almacenar, procesar, transportar y vender alimentos de manera segura, lo que a menudo conduce a que se desperdicie o se pierda un volumen importante de alimentos.

Dado que la pérdida y el desperdicio de alimentos generan hasta el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (casi cinco veces las emisiones totales en comparación con el sector de la aviación), reducir las emisiones derivadas del desperdicio de alimentos es esencial.
Las alianzas público-privadas para reducir el desperdicio de alimentos y los impactos sobre el clima y el estrés hídrico están siendo adoptadas por un número cada vez mayor de gobiernos de todos los niveles y así se busca cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3 de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030.

Cuando haga mercado, siempre considere la cantidad de alimentos necesarios para su consumo y el de su hogar. No se deje influenciar por comerciales de productos comestibles, procure adquirir verdaderos alimentos. Pruebe a aprender a preparar mermeladas y conservas para prolongar la vida útil de los alimentos. Y Nunca es tarde para compartir con otros que no pueden adquirir alimentos.

Utilice las bolsa verde para que sea trabajada de forma adecuada en los vertederos de basura, o aprenda hacer compostaje para alimentar plantas y jardines contribuyendo a darle vida a la naturaleza vegetal.

¿Es posible que nuestra comprensión del cosmos haya sido equivocada hasta ahora? ¿Qué dice el físico Adam Riess?

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Adam Riess, astrónomo del Instituto Científico del Telescopio Espacial (STScI) y profesor Krieger-Eisenhower de Física y Astronomía en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, recibió el Premio Nobel de Física 2011

Las teorías establecidas sobre la velocidad de la expansión del universo se cuestionan a medida que se acumulan nuevos conocimientos, lo que deja claro que aún no comprendemos del todo este fenómeno.

La «tensión de Hubble», un fenómeno que destaca las discrepancias entre las mediciones actuales de la expansión del universo y las expectativas basadas en datos previos, especialmente aquellos obtenidos por la misión Planck de la ESA. Contrario a lo anticipado, el universo parece expandirse más rápidamente de lo que los modelos teóricos preveían.

Surge entonces un debate en la comunidad científica sobre si esta discrepancia es el resultado de errores de medición o, lo que es más intrigante, apunta a la necesidad de revisar nuestra comprensión fundamental de la física.

La NASA ha informado que la colaboración, con observaciones emparejadas, entre el telescopio espacial Hubble, con más de tres décadas de servicio, y el telescopio espacial James Webb ha reforzado la teoría de que no son errores de medición lo que estamos viendo, sino indicios de algo más profundo, de fenómenos hasta ahora no comprendidos.

La «constante de Hubble» es el parámetro que cuantifica la tasa de expansión del universo. Sin embargo, surge un dilema debido a que distintos aparatos científicos arrojan valores divergentes para esta constante, fenómeno que ha dado origen a lo que se denomina la «tensión de Hubble».

Adam Riess, físico de la Universidad Johns Hopkins y premio Nobel por descubrir que la expansión del universo se está acelerando debido a un misterioso fenómeno ahora denominado «energía oscura», apunta a esta intrigante posibilidad. «Una vez descartados los errores de medición, lo que queda es la posibilidad real y apasionante de que hayamos malinterpretado el universo», afirma, abriendo la puerta a una reevaluación de nuestra comprensión cósmica.

Una hipótesis sugiere que el exceso de estrellas visibles para los telescopios espaciales podría estar alterando las mediciones, un efecto magnificado por el polvo estelar. Sin embargo, el telescopio Webb, con su avanzada tecnología, promete atravesar este velo de incertidumbre y ofrecer una visión más clara y precisa.

Como especula Reiss, puede que haya algo más a que los números no cuadren. «Ahora hemos abarcado todo el rango de lo observado por Hubble, y podemos descartar un error de medición como causa de la Tensión de Hubble con una confianza muy alta», asegura.

La «escala cósmica de distancias», un método empleado para medir distancias en el universo, ha sido crucial en estos hallazgos. Un equipo liderado por Riess realizó observaciones de estrellas variables Cefeidas en cinco galaxias, incluyendo NGC 5468, situada a 130 millones de años luz de distancia. Los resultados, publicados en The Astrophysical Journal Letters el 6 de febrero de 2024, refuerzan así la idea de que las mediciones han sido precisas, sugiriendo que el desajuste en las tasas de expansión podría deberse a factores aún no comprendidos.

«Combinar el Webb y el Hubble nos da lo mejor de ambos mundos. Comprobamos que las mediciones del Hubble siguen siendo fiables a medida que avanzamos en la escala de distancias cósmicas», afirmó Riess.

La resolución de la «tensión de Hubble» podría estar al alcance gracias a misiones como el telescopio espacial Nancy Grace Roman de la NASA y el observatorio Euclid de la ESA. Estos proyectos buscan profundizar en el misterio de la energía oscura, ese enigmático fenómeno que impulsa la expansión del universo.

Actualmente, de acuerdo con la NASA, la situación se asemeja a tener dos puntos de referencia fundamentales en el estudio del universo: por un lado, las mediciones de la distancia cósmica realizadas por los telescopios Hubble y Webb, ancladas en una extremidad; y por otro, las observaciones del resplandor inicial del universo, captadas por Planck, asentadas en la orilla opuesta. Entre estos dos puntos, la evolución detallada de la expansión universal a lo largo de miles de millones de años sigue sin ser observada directamente, presentando un enigma sobre cómo se ha desarrollado este proceso en el extenso lapso intermedio.

Según Riess, el desafío consiste en conectar nuestra comprensión del inicio del universo con el presente, un misterio que permanecerá al frente de la investigación astronómica hasta que nuevos descubrimientos nos ofrezcan más respuestas.

Una realidad incontrovertible: la sexta extinción planetaria

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Somos protagonistas en esta sexta extinción de la que nos habla la ciencia y las noticias.

Nuestro planeta ha experimentado cinco extinciones masivas en su historia, eventos donde la Tierra ha perdido una gran cantidad de especies en un período relativamente corto. Hoy nos enfrentamos a un desafío monumental: la sexta extinción masiva, un fenómeno impulsado principalmente por las acciones del ser humano. En todos los casos es imparable y finalmente hay que adaptarse y buscar la forma más eficiente de sobrevivir y ayudar a que no se aumente el deterioro planetario.

Recordemos las anteriores extinciones, Extinciones del Ordovícico-Silúrico, Extinción del Devónico-Carbonífero, Extinción del Pérmico-Triásico, Extinción del Triásico-Jurásico, Fragmentación de Pangea con erupciones masivas Extinción masiva del Cretácico-Paleógeno.

La Tierra se transformó de tal manera que permitió la aparición de lo que se ha denominado el Holoceno que se caracteriza por la presencia de temperaturas favorables para la vida, se transformaron las placas tectónicas conformando los continentes como los conocemos hoy, y logró adaptar una especie animal muy especial que desarrolló la agricultura, la sociedad como organización y comenzó a transformar su entorno, el Homo sapiens.

Desarrolló diversas civilizaciones, formas sociales y tecnologías para lograr tener cierta comodidad y seguridad en su entorno, no solo de otros animales, principalmente de su propia especie, que en líneas generales desarrollo la guerra para defenderse y para lograr nuevos espacios ya habitados.
Han sido diversos los imperios, pero todos en su más profundo sentir buscar dominar el mundo conocido de cada época, bien de forma militar o de formas económicas o culturales que a la fecha se mantienen para detectar el poder.

Esa forma de ver el planeta como posesión, como un lugar ilimitado de recursos que se puede y se debe explotar para sostener una forma de existencia denominada culta, civilizada, económicamente potente y única, ha llevado a todas las civilizaciones e imperios a la derrota en el tiempo. Hoy las cosas no han cambiado, basta observar las noticias y ver que siguen guerras por las mismas razones de siempre.

Pero hoy nos enfrentamos a un holocausto mayor, acelerado por la ambición humana y su deseo de tener más, hacer más y adueñarse del planeta. Las revoluciones industriales de los tres últimos siglos generaron cambios dramáticos en el Holoceno, hasta el punto que hoy hablamos del Antropoceno como el punto de quiebre de una nueva extinción planetaria.

La destrucción de los ecosistemas en todos los rincones del mundo han quebrantado el equilibrio natural que permitió la vida como la conocemos. Temas como la contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación, deforestación, la expansión urbana y la agricultura intensiva están destruyendo los hábitats naturales de las especies a un ritmo acelerado.

La contaminación del agua, el aire y el suelo por químicos, pesticidas y otros desechos tóxicos producto de la industria agrícola y pecuaria está envenenando a las especies y alterando los ecosistemas, con dramáticos ejemplos en la piscicultura.

Al romper el ciclo natural del agua por la destrucción de los bosques en todo el planeta se genera aumento de las temperaturas, el cambio en los patrones de precipitación y la acidificación de los océanos, que es sinónimo de muerte en los océanos y mares del mundo, que entre otras están sobre explotados por la pesca industrial, lo que hace muy difícil la adaptación y supervivencia de diversidad de especies acuáticas de todo orden.

Y si de las aguas mayores nos vamos a ríos y lagos la explotación e industrialización de sus aguas en represas, pesca, minería, canalización y contaminación a todos los niveles las colocan al borde de la extinción.

La pérdida constante de biodiversidad en un sistema cerrado como es la naturaleza, hace que la perdida de una especie afecta a otras muchas y así de forma circular e interdependiente genera repercusiones graves para el planeta y para la humanidad. Los ecosistemas saludables son esenciales para la purificación del aire y el agua, la regulación del clima, la polinización de las plantas y la producción de alimentos para todas las especies que habitan el planeta.

El daño planetario nos conduce inexorablemente a la inseguridad alimentaria, especialmente en las grandes ciudades. La presencia de nuevas enfermedades o el resurgimiento de otras que se suponían estaban controladas por la ciencia. Junto a ello se presentará un aumento mayor de migraciones de todos los lugares del mundo tratando de buscar un mejor estar y la posibilidad de desarrollar la vida personal y familiar.

Esta última realidad llevara hacia adelante el cierre de fronteras, persecuciones, campos de concentración y posiblemente guerras fronterizas de grandes proporciones.

¿Es posible evitar la sexta extinción masiva? En la realidad no es posible considerando que ya han pasado cinco en procesos planetarios y que esta la estamos viviendo hoy y entendiendo que se aceleró el proceso por la acción humana.

Solo nos queda proteger los hábitats naturales que aún están presentes y ayudar a recuperar zonas importantes tanto en la ruralidad como en las ciudades y así crear y ampliar áreas protegidas, revitalizando ecosistemas degradados y reducir la deforestación a todo nivel.

Reducir la contaminación en todos los niveles, desde el uso de los plásticos, el uso de energías renovables y adoptar prácticas agrícolas sostenibles dejando de lado las prácticas agrnómicas y más bien trabajar la tierra desde la Agroecología.

Mitigar el cambio climático a partir de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero tanto de fábricas, industrias pecuarias, movilidad y cumplir con el limite del aumento de la temperatura global que se han establecido en las COP.

Ser protagonistas de un consumo sostenible y así reducir compras innecesarias promovidas por la sociedad de consumo y desecho, evitar el desperdicio y adoptar estilos de vida minimalistas, solo lo necesario.

Todos y cada uno de nosotros tiene la misión de divulgar la necesidad de cambiar nuestras formas de consumo, de movilidad, de habitar la ciudad y el campo y de entender que esta es la única nave espacial que nos alberga y nos permite la vida tal como la conocemos.

Si tiene tiempo, una película que si usted la observa desde lo que representa la crisis climática, nos deja una enseñanza, más allá de distraerse: No mires arriba.

La interdependencia en materia de salud entre las personas, los animales, las plantas y el medio ambiente es innegable

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El enfoque de “Una sola salud” reconoce este intrincado entramado de la vida. Concebido para equilibrar y optimizar de forma sostenible todos los componentes de nuestro ecosistema, este enfoque holístico apela a diferentes sectores, disciplinas y comunidades para que colaboren con el fin de fomentar el bienestar y hacer frente a las amenazas para la salud y los ecosistemas.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMA), promueve el enfoque de “Una sola salud” con el fin de prevenir, detectar y controlar la propagación de patógenos y enfermedades entre los animales, las personas y el medio ambiente.

El enfoque de la FAO de “Una sola salud” también contribuye a la transformación del sistema agroalimentario mediante la eliminación de amenazas como las plagas y enfermedades de los animales, las plantas, los animales acuáticos y los bosques, que reducen la productividad, ponen en peligro la biodiversidad y amenazan los medios de vida.

He aquí tan solo cinco de las muchas cuestiones que la FAO combate mediante el enfoque de “Una sola salud”:

Resistencia a los antimicrobianos

La resistencia a los antimicrobianos es la capacidad de los microorganismos para subsistir o crecer en presencia de medicamentos que tienen como objetivo inhibirlos o matarlos. Su aparición y propagación se aceleran como consecuencia de la actividad humana, principalmente el uso incorrecto y excesivo de antimicrobianos como tratamiento, prevención o control de enfermedades en personas, animales y plantas.

Por ejemplo, si bien ahora se desaconseja, una práctica común consistía en añadir antimicrobianos a los piensos para estimular el crecimiento y la producción, a pesar de que hasta un 80 % de esos antimicrobianos se excreta en el agua y el suelo. Los microorganismos presentes en el medio ambiente que ofrecen una resistencia natural a esos antimicrobianos propagan a su vez esa resistencia a otras bacterias y hongos que provocan enfermedades.

Uso excesivo de fertilizantes y plaguicidas sintéticos

Unos ecosistemas edáficos sanos y con biodiversidad contienen una gran cantidad de organismos de gran valor y contribuyen a producir plantas sanas. Sin embargo, el uso excesivo de plaguicidas sintéticos puede reducir las poblaciones de insectos beneficiosos que controlan de forma natural las plagas y polinizan las plantas. Esto altera el equilibrio ecológico y crea unas condiciones propicias para el rebrote de plagas y la aparición de insectos resistentes a los plaguicidas.

El Manual de compostaje del agricultor, es una guía de aprendizaje de la FAO sobre la elaboración de productos sanos e inocuos que pueden utilizarse para cultivar plantas más sanas y menos susceptibles a las plagas. En el manual se recogen varios estudios de casos de América Latina, como la producción de abono orgánico a partir de excrementos de cerdo en Colombia, o el uso de restos de frutas y hortalizas, hojas verdes y cenizas vegetales para producir compost en bidones de plástico en el Paraguay.

Degradación del suelo

Cerca del 95 % de nuestros alimentos se producen en o sobre los suelos. No obstante, las prácticas agrícolas convencionales, como la labranza, pueden deteriorar sus propiedades físicas, químicas y biológicas. Labrar el suelo puede provocar su compactación, una disminución de la absorción de agua y una reducción de la materia orgánica. El uso excesivo o inadecuado de fertilizantes, la maquinaria pesada y el agua de riego de baja calidad pueden provocar la degradación del suelo.

Gracias al Mapa mundial sobre el potencial de fijación de carbono orgánico del suelo, los expertos pueden identificar dónde conviene adoptar prácticas de gestión sostenible de los suelos para aumentar sus reservas de carbono. El mapa también está diseñado para que los encargados de la formulación de políticas lo puedan utilizar como fuente de información a la hora de abordar la adaptación al cambio climático.

Enfermedades zoonóticas

Muchas de las enfermedades que se originan en los animales pueden contagiarse a los humanos por contacto directo. Se denominan “enfermedades zoonóticas” y pueden tener consecuencias nefastas para la salud humana.

Por ejemplo, la rabia es una enfermedad vírica mortal que se transmite de los animales a los humanos, en la mayoría de los casos a través de mordeduras o arañazos. No tiene cura, pero puede prevenirse mediante la vacunación.

Pandemias

La conexión entre la salud del medio ambiente, las plantas, los animales y las personas se ha hecho más patente a lo largo de los años debido a la expansión de las poblaciones humanas a nuevos territorios y a los cambios en el clima y el uso de la tierra.

El auge de los viajes y el comercio internacionales durante decenios ha desdibujado las fronteras, facilitando la propagación de enfermedades a escala mundial, y epidemias y pandemias recientes como la de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) nos recuerdan hasta qué punto se interrelacionan la salud humana, animal, vegetal y medioambiental.

Estas son solo algunas de las cuestiones que se contemplan en el enfoque de “Una sola salud”. También resulta clave en sectores como el de la actividad forestal y el agua, y desempeña un papel fundamental en el Codex Alimentarius, un conjunto de normas, directrices y códigos de prácticas internacionales concebidos para garantizar que los alimentos sean inocuos y puedan comercializarse. Tenemos un solo planeta. Este enfoque es un recordatorio de que también tenemos “Una sola salud”.

Fuente: ONU

La ciudad, un invento humano que ha generado muy buena parte de la Crisis Climática

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Un texto que bien vale la pena considerar en estos tiempos de racionamiento de agua en la ciudad de Bogotá.

Quizás el invento de la ciudad, por lo menos en occidente, se puede ubicar en los tiempos feudales, donde el castillo era rodeado por otras viviendas de los vasallos que elaboraban buena parte de los artículos de uso diario, y que eran vendidos o intercambiados en los días del mercado, cuando llegaban los campesinos a tributar al señor feudal.

La Revolución Industrial cambió toda esa dinámica, y la ciudad aparece con gran poder porque es allí donde el mercantilismo como idea económica se fortalece y a demás da pauta a la creación de verdaderas industrias, ya no solo para el consumo interno, también para la exportación de productos manufacturados. Casi siempre con materiales traídos de las colonias, como se marco bajo los imperios españoles y británicos, éste último cambió para siempre el comercio, la explotación de tierras lejanas al centro administrativo y se considera el imperio más grande que haya existido recientemente.

La idea de la ciudad, el albergue para los trabajadores, para los industriales, el comercio, la banca y el gobierno, requirió grandes transformaciones del lugar donde se estableció. Más allá de los edificios, se formaron barriadas que requerían agua potable, alcantarillado, fuentes de energía para uso diario, vías de transporte y medios para agilizar los desplazamientos. Pero ese crecimiento, muchas veces como resultado de la necesidad y no de la planeación urbana ha generado grandes destrucciones ambientales, que a la fecha son irrecuperables.

Cada mega ciudad ha tenido que desplazar bosques, ríos y otras fuentes de agua, inmensa cantidad de animales de todas las especies, y en muchos casos ha extrapolado la existencia de otros como los roedores, y ahora las mascotas caninas y felinas. En la realidad del citadino no se ha enterado de lo que significa vivir en una urbe que consume sin parar agotando recursos, desperdiciando otros y contaminando de una forma inmisericorde todo a su alrededor.

Hay ciudades muy ordenadas, limpias, con buena foresta y jardinería, mientras que hay otras que viven en el caos permanente, desordenadas, sucias, mal olientes y cubiertas por un aire enrarecido por los gases de fabricas y vehículos que la hacen pesada y agotadora. Muchas de las ciudades latinoamericanas tienen ese comportamiento. Y es el Dr. Manuel Rodríguez Becerra, exministro colombiano, investigador, académico e ingeniero industrial quien en su obra «Nuestro Planeta Nuestro Futuro» publicada hace algunos años nos acerca a las realidades y al futuro, por demás bastante complejo, de nuestro país frente a la crisis climática.

En este aparte de una entrevista nos relata lo que son las ciudades y los riesgos que genera su constante crecimiento sin control aparente.

Entender qué es el ANTROPOCENO

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El Antropoceno designa las repercusiones que tienen en el clima y la biodiversidad la rápida acumulación de gases de efecto de invernadero y la destrucción planetaria irreversible ocasionada por el consumo excesivo de los recursos naturales.

Hoy estamos frente a realidades climáticas que cambian dramáticamente nuestra forma de ver el planeta. Esa nave espacial generosa que nos da todo lo que requerimos y aún más, hoy se comienza a percibir como hostil, problemática y para muchos generando una gran cantidad de problemas económicos inmanegables.

Quizás el drama que más representa preocupación en Latinoamérica es la prolongada sequía, especialmente en el Cono Sur, agregado a ello terribles incendios forestales y en general la escasez de agua para todo, desde el hogar a la agricultura y con todo lo que ello implica. Pero en realidad ¿qué es lo que esta pasando con nuestra nave espacial?

Ciertamente el planeta ha sufrido una serie de cambios fundamentales hasta llegar a la etapa del Holoceno, que permitió la vida tal como la conocemos. Selvas, ríos, lagos, gran variedad de animales, pájaros, insectos y una casi infinita variedad de plantas, Y ni hablar de los grandes superficies acuáticas. Todo ello se puso a disposición de los seres humanos a su capacidad y talento para darle uso e inventarse una forma de interpretar la sociedad, las costumbres y las metas por lograr en los escasos años de vida de cada uno sobre el planeta.

Han pasado muchas revoluciones tecnológicas, económicas y de formas de interpretar la vida. Hoy, estamos en el Antropoceno, que corresponde a la acción directa del ser humano transformando el planeta, la vida natural y las posibilidades de sobrevivencia de lo que hemos disfrutado en el Holoceno. El Dr. Manuel Arias Maldonado, académico español, ha publicado hace algunos años un texto que se refiere a esta época que estamos viviendo. He aquí apartes del texto que nos aproxima a esta realidad innegable.

El Antropoceno «designa una nueva época geológica cuyo rasgo central es el protagonismo de la humanidad, convertida ahora en agente de cambio medo ambiental a escala planetaria»

Fenómenos ecológicos como el cambio climático, la degradación de la biosfera, la alteración biogeoquímica de la tierra, los ecosistemas antropogénicos y el de la basura urbana, sin embargo, el cambio climático es el fenómeno «antropocénico por excelencia: producido o acelerado por la acción humana, tiene carácter global y contribuye a alterar… los procesos naturales»

La univocidad de los hechos científicos no se corresponde con la pluricidad de los significados sociales. Y la antropogeomorfología constata que los humanos son una fuerza geomórfica que actúa en el plano socioeconómico e histórico.

Las fases históricas del Antropoceno son tres: los antecedentes preindustriales, como la caza o la agricultura; la fase Industrial y, por último, la aceleración que se inicia en el año 1945. sin embargo, hay un debate sobre cuando se inició la época del Antropoceno, el año cero de esta periodización, ya que la geología data las eras geológicas en medidas métricas de miles de años.

Existen tres propuestas sobre el nombre de esta nueva época: el Antropoceno señala que la acción humana trasforma el sistema terrestre; el tecnoceno, al ser la técnica un fruto humano que transforma la naturaleza; y el capitalo­ceno, que indica que el capital ha causado la alienación del mundo y ha sido aplicado a través de las políticas del liberalismo y el estado del bienestar.

Antropoceno o fin de la naturaleza.
En cuanto a las problemáticas subyacentes: Peter sloterdijk señala el riesgo de que la biología se convierta en tanatología; A. Giddens y U. Beck afirman que la naturaleza ha perdido su autonomía, puesto que ya no se define al margen de la acción antropogénica; la naturaleza es naturaleza humana según E. Ellis; y la naturaleza es fruto de la hibridación socioambiental.

El concepto de naturaleza es equívoco: describe la totalidad de los seres vivos; se pone en tela de juicio la autonomía y el auto sostenibilidad de la naturaleza; la relación entre naturaleza e historia es confusa; se ofusca el sentido propio de la naturaleza.

Steven Vogel propone cambiar el concepto de naturaleza por el de medio ambiente. Los sistemas humanos y naturales se encuentran en estado de hibridación. La hibridación es «la recombinación que resulta después de que los procesos y artefactos de origen humano hayan ejercido un grado variable de influencia sobre procesos y seres naturales»

El autor postula abandonar la oposición humano/natural y asumir la relación sociedad y naturaleza por las siguientes razones: la sociedad ha colonizado la naturaleza; la sociedad y la naturaleza están interrelacionadas; la transformación y la adaptación son modos del ser humano; las relaciones socionaturales son el modo de relacionarse en lo económico y tecnológico a nivel global; existen otros agentes que influyen en el proceso socionatural: virus, terremotos, etc.

Es decir, se camina hacia lo postnatural. El jardín antropocénico se diseña en tres planos: primero, la sostenibilidad se basa en el principio de justicia que defiende al medio ambiente (ecosistemas y recursos naturales); segundo, la conservación defiende el imperativo establecido por Aldo Leopoldo: «algo está bien cuando tiende a preservar la integridad, estabilidad y belleza de la comunidad biótica y mal, si tiende a lo contrario».

Sin embargo, existen tres cuestiones abiertas en este principio: la elección entre la postura biocéntrica o la antropocéntrica, que el valor es subjetivo y que el conservacionismo no es inmune a las reglas de mercado.

Los tipos de protección del conservacionismo son: proteger las funciones medioambientales, amparar la naturaleza en sentido genético y respaldar la naturaleza en sentido cuantitativo; el tercer plano consiste en la restauración, «remover las fuentes de degradación ambiental».

Las propuestas de la línea restaurativa son: adaptación salvaje/rewilding, es el regreso al estado natural; la emigración asistida; la desextinción, que es retornar a la vida seres extinguidos; la robotánica, que es el empleo de robots para reparar ecosistemas.

En el texto se hace referencia a lo que puede ser nuestro futuro según Erle Ellis, que lo describe en estos términos «Imagina un mundo sin lugares salvajes. Un planeta tan cubierto por piscifactorías, plantaciones, ranchos, granjas, pueblos y ciudades que las criaturas y los lugares salvajes, de existir todavía, apenas ocupasen los márgenes de nuestros paisajes rurales, urbanos y marítimos. ¿Es este el planeta en que quieres vivir? No importa quién seas, seguro que no».

El texto es aún más interesante en la medida que lo vas leyendo y entendiendo que no solo nos estamos jugando el futuro de las próximas generaciones, que en realidad están naciendo hoy, y de nuestra vida que cada vez será más calamitosa. ¿Qué hacer entonces? Lo primero cambiar la forma de vida urbana que tenemos, menos consumo de cosas que no necesitamos para nada, menos atiborrarnos de ropa, zapatos y accesorios que si al caso se usan una vez. Menos electrónica y si no es posible demorar su cambio. Más bicicletas menos autos, y comprar a mercados cercanos, locales que evitan sobre costos en la operación de traslado y de niveles de contaminación generados en el proceso.

El planeta no nos necesita, pero nosotros si, y depende de cada uno entender la vorágine de consumo, en un sistema económico global que se sustenta en la destrucción planetaria, en la riqueza en dinero y objetos en manos de unos pocos, en guerras localizadas para hacerse a los minerales y otras materias primas a costa del sufrimiento de mucha gente y en general a una sociedad diseñada desde la ciudad, a espaldas de la naturaleza y de la vida en su gran variedad.

Economía circular en acción en la ciudad de Osaki, Japón

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La ciudad de Osaki, al suroeste de Japón, recicla el 80% de sus desechos y no posee una incineradora. Los restos de comida se mezclan con plantas podadas. Al descomponerse, se convierten en un rico compost, casi todo el cual se utiliza en las granjas de la ciudad.

Cuando el vertedero de Osaki, en el suroeste de Japón, alcanzó su capacidad máxima, la incineradora era el siguiente paso lógico. Sin embargo, la ciudad decidió tomarse en serio el reciclaje. Kasumi Fujita, concejala de Osaki, se propuso trabajar con el municipio, el sector empresarial y la comunidad local para ayudar a la ciudad en su preparación hacia un futuro más sostenible. Hoy en día, Osaki, con una población de alrededor de 12.000 habitantes, recicla un notable 80% de sus residuos, y pudo evitar la construcción de una planta incineradora.

«Siempre he querido trabajar en algo relacionado con la crisis climática, y sentía firmemente la necesidad de actuar. Por eso vine a Osaki. Aquí, los residuos se clasifican en 27 categorías diferentes. Como no hay planta incineradora, las bolsas azules van directamente al vertedero sin incinerarse, mientras que las otras 26 categorías se clasifican y reciclan adecuadamente», explica Fujita.

«Por ejemplo, los plásticos se separarán en distintos tipos y luego se comprimen. Los residuos comprimidos se llevan después a fábricas de reciclaje repartidas por todo el país», añade.

Los restos de comida se recogen tres veces por semana con un cubo azul. Se trituran en trozos más pequeños. También se traen plantas podadas, que se mezclan con los restos de comida. Las plantas podadas contienen muchos microorganismos autóctonos. Al descomponerse, los residuos se convierten en un rico compost, casi todo el cual se utiliza en las granjas de Osaki.

Creo que el proceso es muy sencillo y puede practicarse en cualquier parte del mundo. De hecho, nuestro proceso se ha introducido en Indonesia; funcionarios de la ciudad de Osaki y el personal del centro de reciclaje fueron allí para demostrar nuestras técnicas de separación y compostaje de residuos alimentarios. Esto puede convertirse en una solución a un problema al que se enfrentan ahora mismo muchos países en vías de desarrollo.

Realmente creo que la gente debería aprender más sobre el proceso de lo que ocurre con los productos después de usarlos, y lo complejo que es el tema de los residuos. Al mismo tiempo, se darán cuenta de que podemos reducirlos. Las empresas y los gobiernos locales también tienen que entender la situación. Tenemos que movilizar a todos para cambiar las cosas».

Fuente: ONU

Qué debería ser vivir bien en las ciudades de hoy

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La ciudad un cúmulo de aspiraciones económicas impuestas por las leyes del mercado

Cada vez más extensas, con edificaciones más altas, con espacios «precisos», centros comerciales de todo tipo y diseño, vías para transitar en auto o transporte público, servicios de metro, tranvía, ciclorrutas, espacios verdes de diversidad de formas y tamaños, y todos los servicios posible como centros de educación medicina y salud y un presupuesto que soporte el costo desa manera de vivir.

La sociedad de consumo, en la que vivimos desde hace dos siglos, nos estimula a través de los anuncios, los medios y otras sugerencias activas a comprar, adquirir bienes y servicios por doquier. Eso implica que lo mucho o poco que se gane laboralmente hablando, termina hipotecado pagando a bancos, corporaciones y cuanto sistema de crédito se haya diseñado para facilitar que nos endeudamos de forma permanente.

Nadie niega que en las ciudades tener vivienda, auto, electrodomésticos y una gran gama de servicios son importantes, pero ¿son tan absolutamente necesarios? Con la llegada de los años nos damos cuenta que hicimos una carrera maratónica para comprar y gastar y que a la final la mayor parte de todos eso no sirve para nada y que termina, en el mejor de los casos, en ventas de garaje, en donaciones y en el peor en la basura.

Ya no se heredan las viviendas, los muebles y otros objetos durables que han sido reemplazados por descartables y de una corta duración. En muchos casos fueron el producto de la explotación de bosques naturales o industriales para generar muebles, que son desechados por viejos, fuera de moda o porque no se les ha hecho el mantenimiento adecuado. Se reemplazan por aglomerados costosos, de baja calidad y que definitivamente no van a ser heredados. No aguantan el paso del tiempo y no fueron hachos para tal fin.

No contemos con los problemas legales y de guerras familiares por las herencias, casi siempre terminan en pleitos costosos y con un poco de dinero para los demandantes, pero se pierde un patrimonio, especialmente cuando son casas, los apartamentos finalmente están en el aire, y de forma literal.

La sociedad de consumo nos ilusiona con el auto de moda, repletos de cuanto artilugio se pueda considerar en el momento de su compra, pero en nuestras ciudades realmente vale la pena embarcarse en un crédito y una gran cantidad de costos y gastos que con lleva tener una automóvil, o una SUV, en fin, un automotor? Quizás en el diseño urbanísticos norteamericano donde el vehículo personal es muy importante, más allá del nivel de vida, en la realidad es la posibilidad de mantener una gran industria que requiere un consumidor activo de forma permanente.

Así las cosas, más que una necesidad es una imposición comercial, industrial de mercado y que se mueve en la moda. Esto ha llevado a situaciones críticas como la realidad del cambio climático acelerado por los gases de efecto invernadero, pero va más allá. Guerras y despropiación de pueblos enteros en donde esta el petroleo para ser explotado. Confrontaciones infames patrocinadas en la sombra por los intereses de este sector de la economía y de los paises que ordenan la economía mundial.

Así las cosas, y este es un simple ejemplo, basta detenerse en el consumo de electrodomésticos, unos que pasan de moda por el cambio de tecnología (betamax, VHS – Video 8- CD-DVD- memorias SD) y otros por la obsolescencia programada que les da una vita realmente corta, sin que sea todo el artefacto que se ha malogrado, generalmente es una pieza electrónica que se puede recambiar…pero el negocio es que compre nuevo.

Y en eso nos pasamos media vida, lo que hace que vivamos en tensiones y angustias para cubrir los gastos que un sistema económico nos ha impuesto. No es vivir en las cavernas, es pensar sobre nuestras adquisiciones y forma de habitar la ciudad. ¿Vale la pena adquirir tanto para no tener el tiempo de disfrutar la vida habitando una ciudad? Las cosas no son soluciones, la compañía de la familia, los vecinos, grupos de amigos con los que se puedan disfrutar los espacios urbanos es mucho mejor que las cosas.

Sentir que se está vivo porque se puede caminar, montar en bicicleta, conversar en el transporte público, en un parque, disfrutar de un café con tiempo es mucho mejor que llenar nuestras viviendas con ropa que no usaremos, aparatos que no son indispensables, vehículos que nos atormentan y sume su esfuerzo personal para cuidar el planeta que es expoliado por las industrias y las economía mundiales que nos imponen formas de consumir y de vivir.

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